Foro Juan Rulfo

martes, 6 de julio de 2010

La receta es que no hay receta.

El artículo Investigando el propio accionar educativo en el contexto del pensamiento complejo se me dificultó un poco al principio, pero finalmente descubrí por qué y fue muy divertido. De acuerdo a mi lectura el autor habla de que la investigación, vista desde la complejidad y no desde donde estamos habituados a comprenderla, es una forma muy efectiva de aprender.
Retoma ideas por nosotros conocidas en el seminario: el proceso de aprendizaje no se da únicamente en el aula sino en todo espacio y ese sitio es el aula-mente-social. Dice que la intención sería manejar estrategias complejas para resolver problemas educativos. Se trata de llevar a los estudiantes a descubrir su propia curiosidad para que ésta les permita aprender y generar estrategias que les funcionen a ellos. Habla de la educación como una herramienta que nos lleve a la libertad, a la posibilidad de elegir, cuestión que, dicho sea de paso, implica responsabilidad.
Hay un fragmento que me dio la clave del artículo: “¿cómo hacer que el docente continúe mejorando su propia práctica pedagógica, de tal manera que logre generar un cambio de su acción involucrando la participación de todos los actores educativos?” (p. 88) Al leerlo comprendí por qué no lo había entendido: el autor hace un llamado a investigar la práctica educativa y yo estaba esperando la receta. A cambio recibí una pregunta, un problema complejizado porque no da respuestas, porque genera incertidumbres que me corresponderá resolver investigando mi ser docente, mi ser humana y mi ser tantas cosas; del todo a las partes y de éstas al todo, ida y vuelta para volver a empezar.